Ninguna empresa está libre de sufrir una interrupción no planificada de su operatoria como consecuencia de fallas humanas, problemas con la infraestructura IT, caídas de servicios o de energía eléctrica, o desastres naturales. Cuando esto ocurre, contar con un plan de continuidad del negocio es clave para mitigar los perjuicios y volver rápidamente a la normalidad.
¿Qué es un plan de continuidad del negocio?
Se trata de una herramienta que pone de manifiesto los procedimientos, las acciones y los protocolos a seguir por la organización cuando el servicio se interrumpe de manera no planificada, estableciendo sistemas de prevención y recuperación ante desastres climatológicos, fallas eléctricas, ciberataques y cualquier tipo de incidente que frene la operatoria.
Este instrumento es más abarcativo que la planificación de recuperación ante desastres, ya que incluye contingencias para todos los procesos, activos, socios comerciales, recursos humanos; o sea, todos los aspectos que puedan verse afectados. También contiene soluciones manuales para que las operaciones continúen hasta que los sistemas IT estén completamente restablecidos.
Además de listas de comprobación de todos los suministros, copias de seguridad y equipos, los planes de continuidad del negocio explicitan quiénes son los responsables de estas acciones e incluyen informaciones de contacto de los administradores, del personal de emergencia, de los colaboradores clave y de los proveedores de las copias de seguridad del sitio.
Un plan de continuidad del negocio para aplicaciones y procesos críticos adecuado debe abarcar 3 aspectos fundamentales:
- Alta disponibilidad. Proveer la capacidad y los procesos necesarios para que las organizaciones puedan acceder a las aplicaciones incluso cuando se registran fallos locales.
- Operaciones continuas. Resguardar la capacidad de mantener la continuidad operativa durante una interrupción, incluyendo las copias de seguridad y el mantenimiento planificados.
- Recuperación ante desastres. Determinar los procedimientos para recuperar el centro de datos.
De acuerdo a un estudio de IDC, un fallo en la infraestructura puede costar una media de USD 100.000 por hora y una falla en una aplicación crítica, entre USD 500.000 y USD 1.000.000 por hora. De modo que contar con un plan de continuidad del negocio es clave para mitigar las pérdidas económicas generadas como consecuencia de la interrupción no planificada de la operatoria.
Asimismo, protege la reputación de la marca, resguarda los datos, retiene a los clientes, contribuye a la ciberresiliencia, ayuda a garantizar el compliance y minimiza los tiempos de inactividad, permitiendo que la operatoria se vuelva a encarrilar en el menor tiempo posible.
¿Cómo elaborar un plan de continuidad del negocio?
A priori, la creación de este tipo de planificación puede parecer compleja. Sin embargo, al dividirla en diferentes pasos, la tarea se vuelve mucho más simple.
Paso 1 - Análisis
En esta fase, se analizan las diversas funciones de la empresa y de las operaciones, evaluando cuál sería el impacto de la interrupción de la operatoria e identificando aquellas aplicaciones, sistemas y equipos críticos para la organización.
Este Business Impact Analysis (BIA) o análisis del impacto del negocio permite comprender cuáles son las áreas y departamentos más relevantes para la continuidad operativa, en términos de pérdidas económicas o de otras métricas relevantes para la compañía.
Paso 2 - Planificación
Después del análisis inicial, la siguiente fase apunta al desarrollo de un plan de continuidad operativa que entre en acción tras un incidente o desastre, permitiéndole a la empresa recuperarse rápidamente y retomar sus operaciones.
La etapa de planificación incluye el diseño de protocolos, la creación de estrategias y la implementación de herramientas de recuperación ante desastres que garanticen la continuidad de los sistemas esenciales.
Además, en este estadio es necesario determinar quiénes serán los responsables y las partes involucradas en la puesta en marcha del plan cuando sea necesario.
Paso 3 - Testeo y actualización
Para comprobar su efectividad, los planes de continuidad del negocio deben ser evaluados regularmente. Las pruebas pueden incluir ejercicios de simulación, comunicaciones de crisis y simulacros de emergencias para comprobar que la planificación es viable y que todos los colaboradores saben cómo deben actuar frente a este tipo de situaciones.
Además, es necesario revisar periódicamente las funciones críticas descritas en el BIA y los riesgos asociados para llevar adelante la actualización del plan si es necesario.
Por último, un plan de continuidad del negocio no es un elemento estático e inmutable, sino que debe mejorarse continuamente. Actualizarlo antes de que ocurra una crisis es clave para que no pierda efectividad.
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